“¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?” (Lc. 1, 43)
Estas palabras de Santa Isabel, pronunciadas por nuestro Director Espiritual para recibir a Nuestra Señora de Consolación, recogen con precisión lo vivido ayer por los hermanos de la Hermandad de Loreto, al acoger en nuestra sede a la Copatrona de nuestra ciudad, en la procesión de alabanzas posterior a la solemne Eucaristía celebrada con motivo de su festividad.
Tanto la Comunidad del Real Convento de Santo Domingo, como la Corte de Nuestra Señora de Consolación, han tenido a bien organizar esta procesión para que la Protectora y Consuelo de los jerezanos visitara la parroquia de San Pedro, especialmente en este año en el que se cumplen cincuenta años del traslado de la imagen de Nuestra Señora de Loreto al Convento de Santo Domingo. Templo en el que estuvo ubicada nuestra imagen titular durante la obra de restauración del templo parroquial de San Pedro por amenaza de ruina, que duró 8 años.
Así pues, en esta ocasión fue Nuestra Señora de Consolación la que fue trasladada hasta San Pedro para conmemorar aquel exilio que unió dos patronazgos: el de la ciudad de Jerez y el de la Aviación. Una sola Madre y dos advocaciones con muchos siglos de devoción, que volvieron a encontrarse unirse para conmemorar aquel hecho que ahora cumple medio siglo.
Con la ilusión y la emoción que nos produjo a todos ese emotivo encuentro, agradecemos encarecidamente a la Comunidad de Padres Dominicos y a la Corte de Nuestra Señora de Consolación que nos hayan escogido para su anual visita procesional.
A la finalización de la visita, la Comunidad de Padres Dominicos y la Corte de Nuestra Señora de Consolación entregó a nuestro Hermano Mayor el escapulario y el reconocimiento a la Hermandad de Loreto como Miembros de Honor de la Corte.