El pasado Viernes Santo fue una jornada especial, como continuación de lo que ya aconteció los anteriores días de Semana Santa. Después de tantas oraciones dirigidas al Padre para mejorar la situación de sequía que padecemos, hizo su acto de presencia la tan deseada lluvia.

Ante esta circunstancia, la Junta de Gobierno se enfrentó a una difícil toma de decisiones. Difícil por cuanto nuestra mayor ilusión en ese día siempre es salir a hacer estación de penitencia, para lo que nos llevamos preparando meses antes. Pero la información que arrojaban los diferentes partes de lluvia era precisa, y coincidían en todos casos en previsiones de lluvia para esa tarde.

Además, como recordó el Hermano Mayor a todos los nazarenos y hermanos que se congregaron en nuestra sede, nuestra misión principal en esa jornada es realizar estación de penitencia a la S.I. Catedral. Todo lo que no sea llevar a cabo ese cometido de acuerdo con los principios, el carácter y la seña de identidad de nuestra Hermandad, no tiene sentido. Asimismo, al hacer estación de penitencia estamos dando testimonio de nuestra fe. De forma que el hecho de salir en procesión sin reunir las condiciones adecuadas (como era el caso por la amenaza de lluvia) supone al final vivir momentos de tensión que lo que consiguen finalmente es el propósito contrario al deseado.

Por eso, desde estas líneas volvemos a agradecer a los hermanos, nazarenos, y cuantos formaron parte del cortejo su apoyo unánime a la decisión tomada, su respeto, su saber estar y su actitud ejemplar, un Viernes Santo más.

También damos las gracias a todos los cofrades y ciudadanos que se acercaron ese día al templo parroquial de San Pedro a rezar ante la imagen de Nuestra Señora de Loreto.

A continuación, os mostramos algunas imágenes del fotógrafo Francisco García Armario en la pasada mañana de Viernes Santo.