Debemos remontarnos al año 1938, casi diez años antes de la fundación de la Hermandad para hacer una historia del hábito penitencial de la Cofradía.
En aquellas fechas se pueden contar los primeros intentos de reorganización de la Hermandad de la Vera-Cruz y entre las intenciones de los entusiastas cofrades estaría la inminente salida procesional, pues así lo señala el periódico «Ayer» en su sección «Las cofradías que saldrán el próximo año«.
No estaría muy descaminado el periódico ya que en la revista Semana Mayor de 1940 aparecen unas láminas de «Vicente Chamorro» con las túnicas de algunas Hermandades jerezanas y, entre ellas, una de cola morada con cíngulo franciscano blanco.
Una túnica desconocida que encuentra su justificación siete años después, también en el periódico Ayer, cuando comenta el 4 de Abril de 1947: “A la amabilidad del señor cura párroco de San Pedro se debe, en gran parte, el resurgimiento de esta vieja entidad penitencial de la Vera-Cruz, pues desde el primer momento acogió la idea con el mayor interés y le ofreció cobijo en su iglesia. Según informes recogidos de personas autorizadas la nueva Cofradía desfilará con un solo paso, representativo del drama del Calvario, y sus nazarenos vestirán túnicas moradas de cola, con el cordón franciscano”.
En la parroquia de San Pedro radicaba la junta organizadora de la Vera-Cruz desde 1945, desde sus inicios tenían en mente conseguir sus imágenes que se encontraban depositadas en el convento de Descalzas de la calle Barja y realizar la soñada estación penitencial con las túnicas moradas.
Cuando en 1951, se funda la Hermandad de Loreto, la Hermandad de la Vera- Cruz aún permanece en San Pedro, aunque aletargada, ya que no había podido conseguir sus imágenes y por consiguiente se había visto imposibilitada de realizar la Estación Penitencial, un logro hecho realidad en 1960 tras su traslado en 1956 al colegio Marianista y ya con otras túnicas distintas.
A las inquietudes del párroco que desearía ver esas túnicas moradas en la calle o a los deseos de los propios cofrades de la Vera-Cruz, y que por su vinculación a la Parroquia se habían involucrado en un nuevo proyecto, la creación de la Hermandad de Loreto, hicieron posible que aquellas túnicas de cola morada y cíngulo franciscano, no quedaran en el olvido y fueran las que formaran el severo cortejo procesional de la Virgen de Loreto.
Sin embargo, parecía que aquellas túnicas moradas de cola estaban condenadas al olvido, pues tampoco los hermanos de Loreto pudieron incorporarlas a su cortejo. Los escasos medios económicos obligaron a pedir prestados los antifaces blancos de la Hermandad del Amor, adaptando los estatutos a esta necesidad y marcando para años sucesivos, el hábito nazareno de la Hermandad de Loreto, reformado en 1957 al suprimir la cola e incorporar la blanca capa. Así pues este hábito consistía en túnica morada con cíngulo franciscano blanco y antifaz y capa blancos.
Al cumplirse las cincuenta Estaciones Penitenciales en el año 2003, ese hábito de túnica de cola color morado, con antifaz del mismo color, cíngulo franciscano blanco y sandalias color avellana, porque así lo indican las primeras Reglas, se hizo presente en la presidencia del cortejo.
En la Estación Penitencial del año 2005 gracias al desinteresado esfuerzo de un grupo de hermanas que formaron un Taller de Costura en la Hermandad y llegaron a confeccionar más de 80 nuevas túnicas, se logró recuperar esos primitivos hábitos para todo el cortejo.
El hábito nazareno actual consiste en una túnica de cola de sarga morada, antifaz de idéntico material y color que la túnica, cíngulo franciscano blanco atado y anudado en el lado derecho y alpargatas de color crema.