La pequeña casita de Nazaret hecha de piedras, se había convertido en una reliquia protegida por los católicos de Tierra Santa. Bajo ese techo, “el ángel del Señor había anunciado a María y ella había concebido por obra del Espíritu Santo”. Según algunas tradiciones, también habían vivido allí la Sagrada Familia.
Siglos después, en 1291, época de gran expansión islámica y antes de la llegada de los cruzados a Nazaret, la casa de la Sagrada Familia desapareció aparentemente de modo inexplicable y, de igual modo, apareció en la ciudad de Tersatz, en la antigua Dalmacia, región de los Balcanes que hoy corresponde a los territorios de Croacia, Bosnia Herzegovina y Montenegro.
El sacerdote local, que estaba muy enfermo y quedó sanado por un milagro, fue agraciado con una visión de la Virgen en la que ella misma afirmaba: “Esta es la casa donde Jesús fue concebido por el poder del Espíritu Santo y donde la Sagrada Familia vivió en Nazaret“.
La casa de la Sagrada Familia fue transportada entera, de Nazaret a Tersatz, sin ser demolida.
El pueblo comenzó a hacer peregrinaciones y a obtener gracias y milagros. El gobernador local, aún impresionado con el hecho, envió a cuatro estudiosos a Tierra Santa para confirmar si aquella era la verdadera casa de Nuestra Señora.
En Nazaret, los enviados sólo encontraron los cimientos de la casa y el espanto de los nazarenos por su desaparición. Los cimientos tenían las mismas medidas que los que habían aparecido en Tersatz, y se conservan aún hoy en la Basílica de la Anunciación, en Nazaret.
En cuanto a la casa que apareció en Tersatz, estaba intacta y sin signos de haber sido desmontada y reconstruida.
Después de poco más de tres años, ocurriría, según la tradición, un nuevo milagro: el 10 de diciembre de 1294, la casa de la Virgen María fue elevada sobre el mar Mediterráneo y llevada a los bosques de Loreto, en la localidad italiana de Recanati.
Los fieles se acordaron entonces de una profecía de san Francisco de Asís: “Loreto será uno de los lugares más sagrados del mundo. Allí será construida una Basílica en honor a Nuestra Señora de Loreto“. De hecho, la basílica erguida alrededor de la casa se convirtió en uno de los mayores santuarios de Europa.
A petición de la Iglesia, se han realizado varios estudios por ingenieros, arquitectos, físicos, historiadores y expertos, que, cuanto más analizan el caso, más comprueban el carácter inexplicable del surgimiento de esa casa.
Grandes santos hayan orado en aquel lugar: San Francisco Javier, Francisco de Borja, Carlos Borromeo, Luis Gonzaga, San José de Cupertino, Santa Teresita de Lisieux y muchos otros, que dieron testimonio de la devoción a un santuario mariano muy amado en el occidente.
En 1470, una bula emitida por el Papa Pablo II, autorizaba la conmemoración de una imagen de la Santísima Virgen trasportada por los ángeles a Loreto, dentro de un edificio sin cimientos, miraculose fundatam «milagrosamente fundado», como dice la bula.
Fuente: Jesús Cano Moreno, en Facebook